La vida siempre nos reserva regalos insospechados y tuve el enorme placer de conversar con Miguel Lázaro Rabelo Robles un hombre hipoacúsico, con un fuerte deseo de insertarse a la sociedad y hacer que otros como él sigan el mismo camino para vencer las barreras del sonido.
Hoy comparto con ustedes su testimonio:
«¿Cómo entré al mundo de los discapacitados?
Yo era pailero, tubero, trabajaba en ASTOR (Astilleros del Oriente) en muchas ocasiones no me ponía los medios de protección y entonces me fue afectando sin percatarme.
Siempre me gustaba hacer bromas con las personas pero llegó el momento en que no escuchaba lo que decían o no entendía…mi carácter fue cambiando en esos momentos y en la casa no me entendía con mis hijos. Ellos reclamaban porque me decían algo que yo no había escuchado y eso te hace sentir mal.
Cuando todo el mundo se ríe, tú no lo puedes hacer porque no oíste de qué se hablaba, por ese lado ya te estás perdiendo disfrutar de los que los demás disfrutan.
Ante mis problemas personales, que no podía, no sabía cómo resolverlos y llegué a la Asociación Nacional de Sordos de Cuba (ANSOC).
Allí me dan atención, recibo mi prótesis a través de Salud Pública, comencé a oír algo, pero existía otra dificultad no sabía comunicarme con los demás hipoacúsicos y sordos profundos; me veía entre dos mundos que no comprendía: el lenguaje de señas y no escuchar lo que los demás dicen, lo cual es muy difícil y llega a influir en tu carácter. ¿Cómo vencer esto? Es cuando tú comprendes realmente lo que es una persona con una discapacidad y es triste.
Lo primero que hice, junto a otros compañeros, fue ayudar al presidente de la asociación para optimizar el funcionamiento de la misma y así llegué a liderar a la ANSOC en el municipio.
Hoy tengo una identidad con cada uno de los miembros, ellos me entienden y yo lo comprendo mejor a ellos, estamos identificados.
Las personas que como yo, llegan a una discapacidad auditiva, y que todavía andan por las calles que no saben a dónde ir, tienen que saber de la existencia de esta asociación, de un grupo de personas que se ayudan mutuamente para que todos logren integrarse a la sociedad.
Es así como uno se gana el cariño de los demás discapacitados, es así como uno comprende el trabajo que pasa un discapacitado, por eso trabajamos. Así le pido a todas las personas que nos ayuden y comprendan a todos los que tienen una discapacidad.
Siento que me falta mucho por hacer… y, por eso, sigo luchando.»
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